Las sociedades de nuestros antepasados fueron más cruelas y violentas que las de la actualidad, sin embargo, mientras la violencia humana va en declive, la participación y el poder del Estado es cada vez mayor. El TOTALITARISMO, el NACIONALISMO, son quizas las demostraciones más certeras de la bestialidad del Leviatan. El Siglo XX demostro la crueldad de la guerra, la cual los Estados promocionarón con el lema “dar la vida por la LIBERTAD” cuando en realidad siempre fue “quitar la vida del que estorba para la acumulación de poder”.

 

Hoy el Estado llego a tal punto que se preocupa de saber si he estacionado mi auto en la forma y lugar adecuado, puede tambien redireccionar los sitios en los que debo vacacionar o decirme que mercancias puedo comprar.

 

El Estado se ha pasado.

Hace unos dias tuve el privilegio de ver un cortometraje de Mar Delgado y Esaú Dharma titulado “Un futuro brillante”. Es una vision muy original -de un futuro que a mi parecer se asemeja del que creo- en el cual ya el Gobierno se extingirá y las coorporaciones seran las que rijan el mundo basandose en la LEY DEL CONSUMO.

 

Como ya habrán notado, a partir de este párrafo dejé de hablar de Estado y me referí al Gobierno. Y suele ser un grave error tomar ambos términos como sinonimos, cuando en verdad uno de estos compone al otro, o para ser más tajante uno de estos es una parte del total.

 

Si desglosamos Estado podemos encontrar una población, un territorio y un determinado poder –autoridad y gobierno- que se rige sobre estos anteriores. Es decir que el Gobierno se encarga del funcionamiento del Estado, son los recursos humanos con los que cuenta. Personas.

 

En el mundo entero la mayoría de la gente no tiene confianza en los políticos, es muy común hoy en día ver noticias de complot, escándalos. Pareciese como si los Gobiernos estuviesen compuestos por políticos corruptos que solo se encargan de saquear los bolsillos de la gente amparandose en leyes que ellos mismos dictan y regulan a su favor. Es prácticamente una chicana que quienes acusan a las corporaciones y al Capitalismo de tratar al hombre como un artefacto descartable de consumo-producción; sean los mismo que se alimentan como parásitos de todo individuo que genere riqueza.

 

La presión impositiva es mucho mayor de lo que llegamos a creer; es antievolutivo tener que pagar a un Gobierno para poder trabajar/producir, comer, vestir, educarnos y hasta para dispersarnos. Y ¿Cuál es la justificación en la que basan este comportamiento retrogrado?

 

La distribución social o mejor dicho la redistribución social. Increíblemente, con el paso de los siglos, la calidad de vida de los hombres han mejorado notablemente. Hoy un hombre de clase media y hasta una persona que es pobre, tiene una calidad de vida semejanta a la de un miembro de la realeza de la Edad Media. Pero lo más extraño aún, es que con esta política impositiva -para una mejor distribución y un bienestar social-los pobres sigan existiendo.

 

¿Serán acaso rehenes de un sistema cruel que los usa para su propio beneficio? ¿Será hoy la pobreza patrimonio de la clase politica? ¿Cómo pueden mandar satélites, cohetes y hombres al espacio, pero no pueden mejorar la situación de un sector de la población?

 

Son cuestionamientos que la gente comienza hacerse y realmente es muy tedioso y hasta irritante ver como esos politicos duermen en sus bancas o juegan con sus celulares mientras el hombre común debe trabajar duro para ver si- luego de pagar los tributos impuestos- puede vivir.

 

Volviendo a dar referencia sobre el cortometraje, expone otra realidad en la cual el pueblo rompe su contrato social y se asocia ahora a las corporaciones, quienes basan su administración en la eficacia, la rentabilidad y la optimización de recursos; priorizando la satisfacción del cliente. Los consumidores dejaron de elegir, de ahora en más, a un partido cada cuatro años para que los gobiernen y empezaran a ejercer la democracia a diario utilizando su dinero. Detrás de estas corporaciones están encarnizados aquellos emprendedores, esa gente brillante que Ayn Rand en “La Rebelión de Atlas” nos demostro que son el corazón del progreso.

 

Pués bien bajemos a la realidad. Pensar que un futuro donde el Gobierno ya no exista, las fronteras desaparezcan y todo quede a la merced de la LEY DE CONSUMO, es una utopía tan peligrosa y floja como el COMUNISMO.

 

Las sociedades están evolucionando y hoy en día la violencia -aunque nos parezca mentira- es menor. Lo que vendrá para el futuro es una disminución de la participación del Estado, en la que solo se límite a mantener el orden público y administrar justicia.

 

Las sociedades van evolucionando pero los Gobiernos no responden a esta realidad. Hoy en día el género humano se esta femeneizando, es mucho más sensible de lo que era en tiempos anteriores. La concepción de la guerra no esta bien vista por la mayoría de las personas, ni la degradación humana. Hace aproximadamente unos doscientos cincuenta años atrás ciertos hombre no tenian derecho, y eran vistos como objetos-mera propiedad privada-. Hoy los animales cuentan con el amparo de leyes. Hoy hasta ellos tienen reconocidos sus derechos.

 

Por eso me resulta muy chocante ver la realidad en la que viven los políticos y diplomáticos. Luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial se creó la Organización de las Naciones Unidas, con el fin primordial de resguardar la vida. Es inaceptable que en el siglo XXI hayan paises como Irak que tortura y fusila a personas por su condición homosexual, y a la vez legaliza la pedofilia permitiendo el matrimonio con niños; que paises como Corea del Norte ejecute a personas opositoras de la corriente oficial y que en China hoy se lleven acabo actos tan aterradores como la mano de obra esclava, tortura y tráfico de órganos – de prisioneros políticos-. Estos son claros ejemplos que los Gobiernos funcionan como parásitos de la humanidad.

 

Pero soy de las personas que creen que todo tiempo futuro será mejor, y espero para cuando llegue ese entonces, aquella señora de ojos vendados, evolucione a una ceguera permanente y agudice sus oídos para que la JUSTICIA no sea un privilegio de algunos pocos, sino un patrimonio de la humanidad.